Qué te picó, Maxi?

A su potencia, ahora López le agregó velocidad: a pesar de su físico grande es el más rápido del plantel en distancias cortas. MENDOZA (ENVIADO ESPECIAL). Sin repetir y sin soplar, características típicas de los delanteros grandotes. Potencia. Fuerza. Cabezazo. Pique corto. Piiiiippppp. Si hay algo que no distingue a esos grandotes con pinta de pesados es esa explosión en los últimos metros para marcar la diferencia y dejar pagando a los defensores. Eso queda para la especie que agrupa a los del estilo Saviola. Pero, no podía fallar, siempre hay una excepción a la regla. ¿Quién? Maximiliano Gastón López. Sí, así como lo ven, con su 1,89 metro y 87 kilos, el rubio es el jugador más rápido del plantel en distancias cortas. No hay ninguno que baje los tiempos del Alemán en 10 y 15 metros. "Los resultados de los últimos test específicos de velocidad lo demuestran", confirma Flavio Pérez, uno de los preparadores físicos. Sin dudas que sorprende esta característica de Maxi y a la vez lo potencia como un delantero cada vez más completo. Hasta ahora, su punto fuerte era la potencia física, ese ir a chocar al defensor rival sin miedo y convencido de que a él no lo iban a voltear. Schiavi puede dar fe. Y por eso el hijo de Juan Gilberto Funes había marcado a López como "el más parecido a mi papá". Esa cualidad también tiene una explicación. "La proporción que tiene entre músculo y grasa es muy buena. Además, cuenta con niveles de fuerza altísimos, lo que le permite generar una gran potencia", explica Pérez, quien opina que el delantero "posee un físico privilegiado, que por talla y estructura es el ideal para el fútbol europeo". Justamente de ese continente lo buscan cada vez más. Benfica es el club de moda a su alrededor y ante la posibilidad inminente de que sea transferido, parece que los hinchas les agarró la nostalgia anticipada. Acá lo persiguen todo el tiempo. Cuando aparece por la puerta del hotel para ir a los entrenamientos, es uno de los más aplaudidos. Y los chicos enseguida se le acercan por una foto o un autógrafo. Maxi les responde con una sonrisa. Ya asimiló que es una actividad más de su trabajo, al que cada día toma con más profesionalismo. Y hay una muestra que lo certifica: hace un año, Astrada lo dejó afuera de la lista de la Libertadores por algunas llegadas tarde a los entrenamientos y porque no estaba conforme con la predisposición del delantero a la hora de trabajar. En cambio, en el primer día de entrenamientos del 2005 marcó dos kilos menos cuando subió a la balanza, muestra del cuidado que tuvo durante las vacaciones. Este Maxi López difiere mucho del que apareció tres años atrás. Ahí, a los 17 y en pleno proceso de crecimiento, presentaba una descompensación física. Por eso realizaron con él un trabajo a largo plazo, que está dando resultados. "Hoy es un jugador con una estructura muscular muy importante. A medida que fue pasando el tiempo, incorporó cargas de trabajo y desarrolló una potencia impresionante. De hecho, su peso está entre 87 y 89 kilos, siendo un deportista magro, es decir sin sobrepeso", comenta Pérez. Todas estas cuestiones permiten que se hable de un delantero cada vez más completo, de un nueve grandote y fuerte, pero que también marca la diferencia en el pique corto. Una luz roja para los defensores que sólo se cuidaban de que no se diera vuelta en el área. Ahora, cuando lo vean venir lanzado, cuidado con la roncha. Porque Maxi también pica.